Involucrados en la educación

Como ya dijimos en un post anterior, la dialéctica urbano y rural está muy presente en Nepal, sobre todo en la educación. Las escuelas públicas que se encuentran en el valle de Katmandú tienen unas mejores infraestructuras: edificios con clases suficientes, equipamiento tecnológico para los alumnos y profesores, bibliotecas llenas de libros, laboratorios equipados, transporte para ir a la escuela, etc. Pero también existe una enorme diferencia cuando hablamos de la gestión y lo que pasa dentro de estas infraestructuras: los profesores de las zonas urbanas están mucho más preparados a la hora de dar clase, ya sea por usar unas técnicas pedagógicas más modernas, como por recibir (frecuentemente) formaciones en temas relacionados con la importancia de la educación y la figura del profesor, la protección de la infancia, o mantener un entorno escolar adecuado para los niños.

Pero, aunque lo dicho anteriormente tiene un peso muy importante en el resultado final, la educación no es sólo la escuela y los profesores. Hay dos factores que juegan un papel igual, o mucho más determinante: las familias y las comunidades que hay alrededor de las escuelas. Aunque cuando hablamos de los grupos sociales más marginados de Nepal (como los Chepang), estos dos grupos no tienen ninguna concepción de la importancia de la educación en la infancia. Entonces, la pregunta aquí debe ser: ¿Cómo involucramos a estos agentes para mejorar la educación en las zonas rurales y más remotas de Nepal? No creemos que haya una única respuesta correcta a esta pregunta, y menos si queremos que esta sea sostenible a largo plazo. Pero como en todo camino, siempre hay dar un primer paso.

A las familias y comunidades, hay que sumarle otros dos actores muy importantes e influentes cuando hablamos de educación: el gobierno local y el comité escolar. Ambos juegan un papel determinante para afrontar este difícil desafío, ya que tienen influencia y poder de decisión en lo que pasa dentro y fuera de la escuela. Para trabajar e intervenir en una comunidad en particular, es necesario establecer una relación muy significativa con todos estos interesados. Es decir, la participación de los miembros de la comunidad, la comunicación con los profesores y el comité escolar, y la coordinación activa con el gobierno local son obligatorias para lograr la meta y el objetivo planeados. Únicamente trabajando de manera conjunta podremos discutir, planificar, coordinar e intervenir para abordar los problemas que afronta la educación rural.

No es una fórmula nueva, es algo que Shaping Young Minds Nepal, nuestra contraparte en el Nepal, lleva haciendo desde que se fundó en 2015. Con la ayuda de las autoridades y grupos de interés locales, ha desarrollado proyectos relacionados con la educación, el desarrollo sostenible, y la salud e higiene femenina en comunidades en riesgo de exclusión social (incluidos los Chepang) en zonas rurales de los distritos de Dhading y Ramechhap.

A día de hoy, hay una gran cantidad organizaciones que están trabajando para mejorar el nivel de educación en las zonas rurales de Nepal, pero muchos de sus esfuerzos se topan con el poco interés de los agentes implicados en el problema. Es por esto que no debemos olvidar que el éxito y el fracaso del proyecto no solo se determina con el presupuesto o la planificación, sino que también está determinado por el apoyo recibido por de la comunidad y por el gobierno local.