Parece que fue ayer cuando dejamos atrás nuestras vidas en Barcelona, pusimos nuestros sueños e ilusiones en una mochila, nos dimos el último abrazo con los nuestros, y empezamos esta nueva aventura. Pero no, ya ha pasado un mes desde que aterrizamos en Katmandú.
Como ya os explicamos en el primer post, Nepal significa un antes y un después en nuestras vidas. Hace algo más de un año que comenzó nuestra historia de amor con este país, en una pequeña montaña lejos de la capital. Allí vivimos una realidad que nos cambió, nos atrapó, y nos empujó a tomar la decisión de crear este proyecto.
Nepal es ese pequeño
país montañoso situado entre China e India, conocido por ser el sueño de
cualquier alpinista, el budismo (aunque el hinduismo es la religión mayoritaria)
y el terremoto del año 2015. Pero, cuando consigues desnudarlo del todo, te das
cuenta que es un país de contrastes extremos. Según el Índice de Desarrollo Humano, Nepal ocupa la posición 157 de 187. Una
realidad que ejemplifica este indicador es que el 83% de los 29,8 millones de
habitantes del país viven en las zonas rurales, y el 14% lo hace en zonas
remotas. Es en estas zonas donde las condiciones de vida y salud, las
desigualdades de género (y casta), y la pobreza en general se agudizan, siendo el
acceso a la educación una de las principales causas.
Es por esto que nuestro objetivo es el de acercar una educación de calidad a
las escuelas existentes en las áreas rurales de Nepal, cooperando como
asesores, con personal docente, familias, gobierno y comunidades, para generar
oportunidades de progreso y desarrollo en las áreas más desfavorecidas del
país, allá donde carecen de medios y recursos para mejorar su situación.
¿Cómo lo vamos a hacer? Tomando como base los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, vamos a trabajar estableciendo tres pilares sobre los cuales girará nuestra actuación: impulsar una educación de calidad e igualitaria, desarrollar un plan de sostenibilidad para lograr un trabajo decente y promover nociones básicas de salud e higiene.
El proyecto consistirá en trabajar con una única escuela y su/s comunidad/es al mismo tiempo, dentro de un horizonte temporal no superior a cuatro años, divididos en dos fases:
- Fase de actuación directa (año 1 y 2): La prioridad será educar al personal docente para mejorar sus técnicas pedagógicas, así como establecer una serie de procesos lógicos y coherentes, para ello contaremos con personal local y cualificado.
Una vez implementado el plan educativo, se trabajará con las familias en el programa de sostenibilidad, con el fin de educarles en la obtención y optimización de recursos adaptados a su cultura.
- Fase de seguimiento (año 3 y 4): En los dos años siguientes se monitorizarán las dinámicas propuestas, de manera que se consoliden todos los pasos que se han cubierto, mientras ponemos en marcha la siguiente escuela.
Durante estos cuatro años, nos comprometemos a accionar una serie de cambios adaptados a la realidad de cada comunidad, estableciendo objetivos reales y consensuados con las familias beneficiadas, de manera que, una vez finalizado el ciclo, hayamos promovido una mejora sostenible a largo plazo y manteniendo intacta la cultura local. Esa cultura que un día nos abrió sus puertas y con la que nos sentimos en deuda por habernos enseñado que el futuro es para los valientes, para los Bahadur.
Comments (2)
Muchos ánimos!!!
Es un gran proyecto. Estoy convencida que conseguiréis vuestros retos.
bss,
ànims xavals, espero que feu una gran labor!